Antes de empezar, permíteme hacerte algunas preguntas:
¿Usas varias horas al día masturbándote mientras mirar pornografía?
¿Participas en otros comportamientos compulsivos? ¿Visitas prostitutas? ¿Recurres a las páginas de citas por internet para encontrar encuentros sexuales?
¿Consideras que tu vida es monótona?
Según la Organización Mundial de la Salud, la adicción es una enfermedad que puede ser física, emocional. Está relacionada con una dependencia hacia una sustancia, actividad causada por la satisfacción que genera en la persona.
Cuando hablamos de la adicción sexual, esa dependencia se vincula al hecho de tener relaciones sexuales, ver pornografía, etc. Uno de los factores que desencadena la adicción, es la ansiedad. El consultante lleva a cabo la conducta sexual con el fin de lograr la calma, pero esa sensación de bienestar es falsa, es temporal.
En la primera etapa de la adicción, darse cuenta, como el aburrimiento, estrés, ansiedad, se modifica a través del comportamiento sexual. Generalmente el adicto acumula asuntos inconclusos, es decir, puede tener problemas con el trabajo, se termina sus relaciones de pareja, tener pérdidas de grandes cantidades de dinero. Con frecuencia tiende a racionalizar o negar la importancia de estas rupturas y más bien culpabilizar de los problemas a otros. De esta manera, el malestar se reduce. Esta interrupción del malestar puede suceder entre la sensación y el darse cuenta, de tal manera que el malestar no se sienta nunca o disminuya. He atendido casos de adolescentes, quienes recurren a este comportamiento cuando se sientes aburridos o no tienen nada que hacer.
El mismo proceso puede utilizarlo un adulto. Un ingeniero presionado por su empleador puede acostumbrarse a masturbarse y ver pornografía para reducir la ansiedad. Como por arte de magia, la sensación de tensión muscular, preocupación desaparece. En ambos casos, el adicto ha aprendido una lección: ciertos sentimientos y experiencias pueden ser evitadas o incluso manejadas mediante este tipo de comportamiento. Si este aprendizaje se repite, tanto el adolescente como el ingeniero tendrán menos tolerancia a la misma ansiedad, preocupación pues encontraron una salida.
La persona que sufre de esta adicción, presenta las siguientes características:
- Mantiene relaciones sexuales fuera de la relación de pareja.
- Busca o contrata a mujeres que ofrecen servicios sexuales.
- Recurre a la adicción sexual para evitar sentimientos de aburrimiento, tristeza, conflictos de pareja, etc.
Sebastián Iglesias Osores(2022) en su investigación sobre conductas sexuales de riesgo y pornografía en una población de adultos en el Perú, encontró que los participantes LGBT tienen mayor riesgo de tener VIH, no usar condón, ver pornografía y tener encuentros sexuales casuales. Por otro lado, Juan Pablo Araya, señala que el consumo diario de pornografía está afectando el desempeño sexual en los jóvenes, ocasionando dificultades sexuales como disfunción eréctil, eyaculación precoz o insatisfacción sexual.
Asimismo, en un estudio realizado por la Universidad de Western Ontario, en el año 2016, el hecho de que solo uno de los miembros consuma porno puede generar problemas en la relación. Algunas personas lo pueden percibir como una infidelidad. También existen otras parejas, ver porno les ayuda a aumentar el deseo sexual o les aporta nuevas ideas para experimentar juntos.
La Terapia está enfocada a:
- Aprender técnicas de Mindfulness, respiración.
- Revisar los esquemas emocionales disfuncionales y estilos de afrontamiento.
- Aprender a establecer relaciones sanas.
El objetivo final de la terapia para la adicción sexual es que la persona puede disfrutar de la sexualidad de manera saludable, dado que, en el proceso de la adicción, la sexualidad se convierte en un fin para calmar la sensación de vacío, angustia, ansiedad.