Honrar lo femenino

Honrar lo femenino

La vagina empezó como algo sagrado y se ha encontrado en las paredes de los primeros asentamientos históricos símbolos tallados de vaginas. Entre 25.000 y 15.000 años antes de Cristo, en Europa abundaban las estatuillas de Venus, eran imágenes de la fertilidad con exageradas vulvas, hechas de piedra o marfil, y en Egipto se encuentran imágenes parecidas modeladas a mano con arcilla de Nilo.

Una de las figuras que refleja el poderoso simbolismo de la vagina es la diosa Baubo, que se levanta la falda para enseñar la vulva, y que consigue que Deméter, que ha perdido a su hija Perséfone, se ría de nuevo. La risa de Deméter ayuda a recuperar la fertilidad a un mundo que corre el peligro de volverse estéril por culpa de su dolor.

¿Cuándo la vagina se convirtió en profano?

Se han realizado pocas investigaciones del tema sin embargo en la época de Platón(427 – 347 a.de C.) se consideraba la perfección sexual era la unión sexual entre un hombre y un niño, las mujeres griegas tenían una función exclusivamente reproductiva. El placer para las mujeres era algo restringido exclusivamente a la clase de cortesanas mientras las esposas eran consideradas para el hogar.

Galeno, medico romano (129 c – 200 d.d.c) manifestaba la vagina era un pene vuelto del revés, esto se extendió por siglos en la Edad Media. Él también recomendaba a las mujeres solteras masturbarse por el bien de la salud. Los griegos mantuvieron el concepto de útero flotante, es decir este órgano viajaba por todo el cuerpo de la mujer y desarrollaron la idea que el carácter nervioso de las mujeres y otras enfermedades estaban ocasionadas por estas agitaciones del útero.

En la Edad Media, consideraba las mujeres occidentales necesitaban satisfacción sexual si querían que se produjera la reproducción. Durante un milenio y medio se consideró que la frustración sexual en las mujeres era la causa de enfermedades y de sufrimiento mental, en la época de Hipocrates, los médicos usaban el masaje genital en sus pacientes del sexo femenino, o encargaban dicha terapia a una partera. La prescripción de masajes genitales medicinales para alcanzar el orgasmo, se recetaba como remedio para la histeria.

En el siglo XIV y XV, Europa, en las diversas comunidades, las mujeres que se consideraban demasiado sexuales o libres, fueron consideradas como brujas y castigadas por sus inquisidores.  Se les torturaba a través de una “pera de la angustia”, usado en ambos géneros. Era un objeto de hierro en forma de pera, se introducía a los hombres por la boca, en cambio a las mujeres acusadas de brujería, o de inducir abortos, se les introducía por la vagina.

En el año 1559, Renaldus Columbus identifico al clítoris como la sede de placer de las mujeres, debería ser llamado “amor o dulzura de venus” y añadió que “si lo frotamos vigorosamente con un pene, o incluso acariciándolo  con un dedo pequeño, un semen más veloz que el aire vuela de aquí para allá debido al placer.

El historiador Thomas Laqueur(1945), escritor y sexólogo, autor del libro Sexo en Solitario, refiere en el siglo XVII, francés, el clítoris es “donde el autor de la naturaleza ha colocado la sede de la voluptuosidad, como la ha hecho el glande del pene, donde se halla la más exquisita sensibilidad y donde se encuentra el origen de la lascivia de las mujeres”.

 

Primera Puerta Entrada

Desde el Tantra, la primera puerta también denominada Yoni o vagina, es un espacio sagrado donde emerge toda vida, es el pasaje divino, origen o fuente de todo ser, el lugar de nacimiento del Universo. Se considera que cada niño nace de un Yoni de estrellas.

La primera puerta es donde la mujer aprende el verdadero amor a sí misma y el respeto a si mismo permitiendo solo lo amoroso, honrando su esencia y honrando al otro. Una manera de ir sanando la primera puerta es mirando el Yoni. Esto requiere una intención sagrada por parte de la pareja, de permitirse de ser vulnerable, abierta, mientras el hombre mira el Yoni.

 

Ejercicios:

  1. Para comenzar esta práctica, la mujer sagrada se acuesta y abre sus piernas.
  2. El hombre sagrado se encuentra entre sus piernas, y mira su yoni de manera consciente durante 10 minutos aproximadamente. Esto puede llevar a la mujer a experimentar diferentes sentimientos de inseguridad, vergüenza y finalmente paz y curación. Durante el proceso recuerda de ir respirando. Este ejercicio es sanador tanto para hombres y mujeres, permitiendo honrar lo femenino y escuchar todos los juicios que alguna vez has escuchado sobre los juicios hacia las mujeres.

Si lo tratas como una práctica de sanación  sagrada, se convertirá tu yoni en sagrado. La primera puerta es la entrada sagrada sin embargo muchas mujeres han olvidado esto y permiten que ingresen energías que no respetan o no los honran. Cada una tiene el poder de exigir que aquellos que ingresan lo hagan con amor y honra.

Esta puerta puede contener muchas tristezas, dolor por la pérdida de la santidad porque ha sido olvidada o abusada. Cuando la puerta y sus tristezas se sanan, una mujer puede confiar plenamente en sí misma. Ella se respeta a sí misma, pone límites, ella es una mujer que conoce su propio valor, su propia intuición  y permite la entrada solo a aquellos que son merecedores.

Ingresar a la primera puerta sin respeto ni previo aviso, solo por placer, se convierte en violencia. A través de estas acciones, las mujeres pierden su belleza y su sentido de ser apreciada. Poco a poco su poder femenino empieza a desvanecerse.

El deseo se libera si lo acompañamos con Amor

El deseo se libera si no juzgamos ninguna parte de nosotros mismos.

El deseo se libera si lo alineamos con nuestro propósito de vida.